jueves, 29 de octubre de 2009

MUCHO QUE COMENTAR.
RUMORES VAN Y OPINIONES VIENEN.
Por: Conrado Trapero Rivas
28/octubre/2009
Guadalajara.- Todo mundo opina, todos tenemos algo que decir al respecto, políticos, empresarios, académicos, comunicadores, sociedad civil, ONG´s ¡Todos! los diputados de uno al otro extremo político argumentan lo suyo. Los senadores actúan igual y, para no variar, el rumor aparece en todo su esplendor y ya nadie entiende nada, ni quiere escuchar nada que no sea lo que él piensa, lo que él siente, de lo que está convencido aunque no sea verdad, o bien, de lo que conviene a su grupo o partido.
Vienen los asesores, los premios nobel de economía, analizan el estado de cosas, emiten su opinión, rechazan como imprudente e inviable los aumentos, y… nada. Nadie escucha, nadie entiende y mientras eso ocurre, el barco llamado México hace agua.
La Bolsa de Valores cae, el peso tiene que ser apuntalado nuevamente por él Banco de México y entre tanto, el país peligra entre ese mar de babas y discusiones torpes que no conducen a nada. No cabe duda que los mexicanos tenemos un alto sentido del rumor. (No humor, rumor) Aquí, como bien dijera mi amigo Jorge Arau: la única industria pesada que tenemos, es el chisme, el cotorreo. Existen miles de poseedores de la verdad danzando por nuestro México, propiciando confusión y con ello: rumor.
Que si Manlio Fabio dijo, que si el peje retobo, que si el PRD se alía con el PRI, que van a citar a Carstens al senado, que ya se dividieron los priistas, que el PAN los señala como culpables, y tanto escándalo para –como siempre ocurre- no llegar a nada que realmente beneficie a la nación, no al gobierno, -para que queremos un gobierno rico y un pueblo pobre- queremos una justa repartición de la riqueza para el beneficio y el desarrollo de México. Un México con crecimiento sostenido. Se necesitan autenticas políticas de estado, planes e incentivos a largo plazo que muevan capitales, inversiones, que se creen empleos para que podamos aspirar a los que por ahora son bellos espejismos aspiracionales. Aquellos que nos hablan de la estabilidad de Finlandia, de Noruega, países estos, que cuentan, entre otras muchas cosas con un buen nivel de educación, lo que es primordial para el crecimiento y que aquí no pinta.
Ayer por la noche escuchaba, sorprendido, como en una mesa de discusión en canal 40, los conductores hablaban de la conveniencia para lograr una buena calificación de las empresas internacionales que a ello se dedican, que México debería cobrar un 20% de IVA. ¡Imagínese! Si con el uno por ciento propuesto casi se arma la grande, con cinco puntos más no quiero ni verlo.
Así estamos, con discusiones y muchas opiniones, pero lo que ocurra ya es previsible, es como el famoso baile de La Lambada, uno cree que lo están bailando pero la verdad es que se lo están zumbando, y no tendremos más que apechugar.
Unos sonreirán triunfantes al ver aprobado su engendro, y otros tendrán que asumir los costos políticos por su falta de oficio y creatividad.
Aquí el dilema es… ¿A quién creerle?

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