martes, 27 de mayo de 2008

MUCHO QUE COMENTAR.
SE PERDIO LIDERAZGO.
Por: Conrado Trapero Rivas
19/mayo/2008
Guadalajara.- Algo paso, pero así sucedió. Se perdió liderazgo en Jalisco y si me presionan, en México también.
La improvisación, la falta de preparación, la inmediatez, la pérdida de valores cívicos, el amor a la patria. La adoración al becerro de oro, la supeditación de los valores del ser a los valores del tener, han llevado a Jalisco y a nuestro país a vivir una de las épocas mas mediocres y frívolas de nuestra historia.
Aquí en Jalisco dos administraciones panistas y una tercera que inicia con el pie izquierdo, han puesto al Estado boca abajo. No sabemos a donde vamos, el rumbo esta perdido y la erosión del tejido social se percibe cada día más peligroso.
Las inversiones se han reducido, hay otros cinco estados en esta republica que van mano, que merecen más atención de parte de la iniciativa privada, que tienen mayor atractivo que Jalisco. ¿Por qué? Simple; porque aquí no se hace nada y lo poco que se hace es malo y caro, y como citábamos en el comentario de la semana pasada, en Jalisco no se le apuesta a la infraestructura. Es más rentable (¿?) a los ojos de quienes nos desgobiernan “invertir” en iglesias, que en un sistema que le de movilidad a personas y mercaderías.
Desde la época en que fue gobernador Guillermo Cosio Vidaurri, no se ha construido un metro más del famoso tren ligero y el caos vehicular es cada día mayor, con la consecuente contaminación. Pensar en adoptar las iniciativas que se han presentado de parte de algunos visionarios para utilizar el tendido de vías que existen en la zona metropolitana para arrancar con una especie de tren suburbano es impensable en estas latitudes.
De aquellos personajes que forjaron parte de la grandeza de Jalisco, como Salvador Lopez Chávez (+) unos están viejos y cansados, otros vendieron sus empresas a grandes grupos, otros pusieron sus empresas en manos de sus hijos que hicieron un desastre de lo que antes fuera floreciente. Hoy por hoy en Jalisco, solo hay gerentes y directores que responden a los intereses de los corporativos, pero que no tienen arraigo, únicamente piensan en las utilidades sin el menor compromiso por el Estado que les da acogida. Actúan como los viejos encomenderos, depredan, contaminan y cuando esto ya es un cochinero, se quejan y amenazan con moverse a otro estado más a modo, o simplemente, se van.
De la clase política son pocos y contaditos los aciertos que podemos festinar. Aquí lo que rifa es el negocio turbio, la corrupción, el aferrarse al hueso sin que medie el bien común que tanto pregonan en sus campañas. Se les pierde el respeto, y ellos nos lo faltan a nosotros. Aquí hace falta un cambio radical y un mejor liderazgo. Las elecciones intermedias están a la vuelta de la esquina. ¡Ya veremos!

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