miércoles, 13 de agosto de 2008

MUCHO QUE COMENTAR.
QUIEN OBRA CON RECTITUD, DELINQUE
Por: Conrado Trapero Rivas
10/agosto/2008
Guadalajara.- Decía el senador Publio Siro, allá en la Vieja Roma, protestando contra de las injusticias que se cometen contra la gente honrada: “Cuando ser vicioso beneficia, quien obra con rectitud delinque” Cuantas veces hemos caído como humanidad, en el contrasentido de aplaudir al avieso, al perverso, al ratero, al asesino, porque su comportamiento o nos amedrenta o nos beneficia. Entretanto, señalamos con dedo de fuego al probo, al que obra bien, tachándolo a veces de iluso o peor, marcándolo como delincuente.
Hoy, nos encontramos en una encrucijada gravísima, donde justicia y legalidad, bien y verdad, ser y tener, chocan entre si y nos movemos en un mundo gelatinoso, inasible, donde los principios de la ética y la moral, se diluyen y cambian de un posible estado ideal y deseable, a otro estadio muy diferente, valores etéreos, gaseosos; valores que sabemos que ahí están, pero no los podemos coger, ni sabemos para que sirven.
Percibimos su olor, su tufo, si acaso el aroma. Alcanzamos a ver esa veladura, que como valor se diluye, se pierde, y caemos –tristemente- en cuenta, que los miles de años de historia y de cultura de esta humanidad, no han servido más que para consignar los hechos en grandes volúmenes, pero nosotros, los homínidos, no hemos aprendido ¡nada!
La vida se nos ha ido en guerras, en batallas inútiles entre amos y vasallos. En hurgar, buscar, investigar en campos donde no se necesita hacerlo, en vez de invertir en investigar y mejorar la producción de mejores satisfactores, y mejor convivencia.
Aquí lo importante es medrar, hacer negocio, ganar dinero, que el compromiso con la sociedad o con la humanidad quede para los poetas, los filósofos o los santos. No hay educación, no se sabe bien a bien, si hay que forjar hombres o formar ciudadanos, donde lo más cómodo es que existan los pretendidos ciudadanos. Seres que callen, obedezcan y paguen, que salgan a votar cada tres años para darle barniz democrático al asunto, en lugar que tener que soportar hombres que discrepen y tengan ideas propias.
Hoy lloramos por el secuestro y asesinato de muchos mexicanos, porque no es uno solo; son cientos, quizás miles. ¿Por qué? porque quienes nos deberían proteger no lo hicieron. Esos: son, han sido y serán tachados de omisos, incapaces, sinvergüenzas, criminales, corruptos. Todos los epítetos que se nos puedan ocurrir, caben, pero ahí siguen.
Pero volteando el espejo hacia nosotros, ¿Qué vemos? Una sociedad conformista, corrupta igual que ellos, incapaz de protestar y exigir sus derechos, sociedad acomodaticia que en vez de superarse, aplaude y sostiene a quienes nos están fallando, tal vez tenia razón el senador romano cuando decia “Cuando ser vicioso beneficia, quien obra con rectitud delinque”

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