martes, 23 de diciembre de 2008

MUCHO QUE COMENTAR

Multitudes en los comercios
Yo no veo ninguna recesión

Conrado Trapero Rivas

Hasta cuándo, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia.
Marco Tulio Cicerón

Guadalajara.- El asunto me tiene desorientado. No alcanzo a comprender eso de la recesión, de parálisis productiva o su repercusión en la baja en las ventas de la que tanto se quejan los comerciantes, cuando en esta ciudad se abarrotan las calles y las avenidas de gente que intenta ingresar a los estacionamientos de las muchas plazas y centros comerciales que existen en esta angustiada zona metropolitana.

El tráfico está colapsado en varios puntos de la ciudad y lo que antes era una delicia, hoy se convierte en disgusto y frustración. No existen tantas obras en proceso —aunque hacen falta muchas— como en la capital de la República como para recargarnos en la rama más fuerte del árbol genealógico de los presidentes municipales de la zona metropolitana por esa causa, pero si usted intenta ir al centro: malo.

Comerciantes ambulantes por todos lados, estacionamientos caros e insuficientes. Si decide ir a las plazas del norte, en la zona más chic de Guadalajara y ponerse totalmente palacio, ni lo piense, porque no avanza y el trayecto que otrora era de 15 minutos, hoy se convierte en locura.

Si decide enfocarse rumbo al poniente, la cosa se pone igual, y a pesar de estos signos, los comerciantes se quejan de que no venden. ¿Qué pasa entonces? ¿Será acaso que se siente y se piensa que ésta será la última Navidad que podrán comprar y, en un arrebato existencial, la gente sale a las calles a comparar por última vez precios y calidades? ¿Será acaso, como dice mi esposa, que no salen a comprar, que nada más salen a ver? No lo sé, y lo único que es cierto es que esta ciudad esta patas pa´arriba, y como simple conclusión ante la ineficiencia gubernamental, el resultado es que las autoridades estatales y municipales, están haciendo hasta lo imposible para que en las elecciones del 2009 se dé la alternancia y regrese el PRI a gobernar.

Tienen aviadores por cientos, las obras que se presupuestan en cien, acaban costando trescientos y por si fuera poco, mal hechas y hay que repetirlas.

El dinero público es para regalos, santuarios o autoelogio; lo superfluo ha sentado sus reales en este gobierno.

Martínez Cázares “el agorero de la violencia” (Siempre! 14/12/08) tiene aquí muy buenos pupilos y la burbuja que se cita al final del artículo, cientos de politicastros de por estas tierras, andan sopla que sopla al arito empapado de jabón para hacer una pompa donde poder meterse y así poder flotar. Esto no tiene remedio.

“Hasta cuándo, Cati-lina, seguirás abusando de nuestra paciencia”.

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